NTF, Frank... No te fíes
martes, 3 de junio de 2008
Ayer me soltaron la gran frase: "aquí ya no puedes fiarte de nadie". Durante estos años he desarrollado los suficientes mecanismos de defensa como para, automáticamente, ponerme a la defensiva ante dicha frase. Es como una palabra mágica, como el abracadabra o el ábrete sésamo de mis baterías antiaéreas (y anti-puñaladas traperas), porque en el momento en que alguien pronuncia esa frase, yo me pregunto si del primero/a que no debo fiarme es del que la ha pronunciado.
Las cosas andan jodidas, y para poneros en antecedentes tendría que remontarme muy atrás, a hace seis meses, cuando despidieron a mi jefe y se marchó gente del departamento (quedándonos bajo mínimos). A los nuevos jefes y las promesas de mejorar y volver a cubrir los puestos que faltaban. A los seis meses de horas extra que llevamos en el cuerpo, el agotamiento físico y mental, al núcleo de unión que habíamos tejido unos pocos frente a la opresión (ya sabéis: la lucha por la libertad nos hace libres), a las motivaciones personales de cada uno, a que estoy a punto de conseguir algo que llevaba persiguiendo mucho tiempo, a cómo me la he jugado por mis camaradas estando a punto de perderlo todo (de hecho lo perdí), y a cómo ese núcleo, esa piña, esa unión está a punto de quebrarse, porque la nobleza está muy bien para el orgullo y el corazón de uno mismo, pero a la hora de la verdad es súmamente inútil. La incertidumbre lo ha envuelto todo de un polvoriento humo grisáceo, y es cierto: aquí uno ya no puede fiarse de nadie.
Son muchos antecedentes, demasiados para un post, y me dejaría algo en el tintero seguro... Podría irme, podría quedarme un poco más ¿Qué me interesa? No lo sé... Bueno, sí lo sé, aunque tomar esa decisión significa desmarcarme, aguantar otro mes y, quizás, ver qué pasa, mientras el ambiente se torna un hervidero de tensión y desmotivación, mala gana y desconfianza. Es tan fácil llevarlo todo al terreno de lo personal... y boicotearnos unos a otros.
En estos instantes es cuando uno descubre de qué pasta está hecho, y solo puede aceptarlo o cerrar los ojos y negarlo, pero eso no cambia nada. Los puñales están en juego, el círculo se cierra, veremos a ver qué pasa...
A veces elegimos nuestro camino. A veces lo eligen por nosotros... Y a veces no tenemos elección.
Las cosas andan jodidas, y para poneros en antecedentes tendría que remontarme muy atrás, a hace seis meses, cuando despidieron a mi jefe y se marchó gente del departamento (quedándonos bajo mínimos). A los nuevos jefes y las promesas de mejorar y volver a cubrir los puestos que faltaban. A los seis meses de horas extra que llevamos en el cuerpo, el agotamiento físico y mental, al núcleo de unión que habíamos tejido unos pocos frente a la opresión (ya sabéis: la lucha por la libertad nos hace libres), a las motivaciones personales de cada uno, a que estoy a punto de conseguir algo que llevaba persiguiendo mucho tiempo, a cómo me la he jugado por mis camaradas estando a punto de perderlo todo (de hecho lo perdí), y a cómo ese núcleo, esa piña, esa unión está a punto de quebrarse, porque la nobleza está muy bien para el orgullo y el corazón de uno mismo, pero a la hora de la verdad es súmamente inútil. La incertidumbre lo ha envuelto todo de un polvoriento humo grisáceo, y es cierto: aquí uno ya no puede fiarse de nadie.
Son muchos antecedentes, demasiados para un post, y me dejaría algo en el tintero seguro... Podría irme, podría quedarme un poco más ¿Qué me interesa? No lo sé... Bueno, sí lo sé, aunque tomar esa decisión significa desmarcarme, aguantar otro mes y, quizás, ver qué pasa, mientras el ambiente se torna un hervidero de tensión y desmotivación, mala gana y desconfianza. Es tan fácil llevarlo todo al terreno de lo personal... y boicotearnos unos a otros.
En estos instantes es cuando uno descubre de qué pasta está hecho, y solo puede aceptarlo o cerrar los ojos y negarlo, pero eso no cambia nada. Los puñales están en juego, el círculo se cierra, veremos a ver qué pasa...
A veces elegimos nuestro camino. A veces lo eligen por nosotros... Y a veces no tenemos elección.
Etiquetas: Pajas Mentales
posted by Blue Devil's @ 5:02,
2 Comments:
- At 4 de junio de 2008, 19:57, Corpi said...
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En mi tierra dicen que "el que no se fía no es de fiar". Para el buen rendimiento del trabajo lo mejor es un buen ambiente, pero cómo lo pones tú, la verdad es que debe desmotivar mucho. Te deseo que sepas tomar la mejor decisión.
un abrazo - At 5 de junio de 2008, 7:36, Blue Devil's said...
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Teníamos un ambiente muy bueno entre los compañeros (sin duda el mejor que he tenido nunca)... pero la directiva se las ha ingeniado para enturbiarlo y estropearlo, porque no les interesa que estemos unidos... Aunque esta semana parece que las cosas vuelven un poco a su cauce, al menos entre nosotros... hasta la próxima reyerta, supongo, cuando se caldeen de nuevo los ánimos.
Un abrazo, amigo Corpi