Perdidos (Cap. 4)
domingo, 29 de julio de 2007
Cuando uno juega a recordar la memoria puede gastarle bromas pesadas, y más si se trata de historias cosidas a retazos por momentos fugaces. Sin embargo, y a pesar de que nada es exactamente como lo recordamos, hay cosas que nunca se olvidan.
Hacía ya tiempo que había dejado de trabajar en el ciber, y la relación entre Epi y yo se había enfriado a raíz de que se marchara de su casa tras una bronca con su padre (para ser más exactos fue algo así como "me voy de casa", "no te vas, te echo yo"). Con Barby princesa en Salamanca, Mina desaparecida en combate tras jugarme un par de malas pasadas, una relación (por llamarlo de alguna manera) saboteada desde dentro, dudas existenciales a puñados, la certeza de sentirme incomprendido por mis allegados, subyugados a la rutina del "salir, beber, el rollo de siempre", y la sensación de no tener ni idea qué hacer con mi vida, me encontré de repente con una ingente cantidad de tiempo libre sin nada a qué dedicarlo, y lo que es peor, comiendome el tarro noche y día.
Opté por encarrilar mi vida orientándola al mundo de la informática, mi anterior intento fue un decepcionante fracaso por diversas razones que no vienen al caso, pero era verano y el curso no empezaría hasta septiembre. Pensaba demasiado, y pasaba demasiado tiempo solo, encerrado en mi habitación, repudiando mi guitarra, mis poemas, mis relatos, mis recuerdos, y preguntándome qué gran error había cometido quizás en una vida anterior. Entonces Epi me llamó, había vuelto a la ciudad, y se traía un negocio entre manos.
Sabía, o al menos eso me había contado, que había estado en Madrid trabajando para una empresa de informática, pero por alguna extraña razón había vuelto. Su sangre de Dj le pedía a gritos romper con todo y meterse de lleno en el mundo de los platos, las mezclas, el house fussion, y qué se yo... pero por otra parte no podía alejarse del mundillo de los pc's tan fácilmente, y aunque el nuevo y eufórico Epi (euforia probablemente provocada por cierto tipo de sustancias que nunca admitió consumir con asiduidad, pero jamás lo negó tampoco) me tenía completamente descolocado, decidí echarme la manta a la cabeza y saltar al abismo con él. Montamos un ciber.
A decir verdad el ciber ya estaba montado, nosotros solo nos encargábamos de llevarlo. Teníamos grandes ideas, pero nuestro presupuesto se encontraba bajo cero, y había días que nos sentíamos desbordados porque no había forma de cuadrar las cuentas. Pero aunque currábamos como desgraciados por levantar un negocio que se caía a pedazos, con una basura de ordenadores que no nos querían cambiar, peleando por hacer que aquello funcionara a cambio de cuatro duros, ambos obtuvimos aquello que andábamos buscando. Epi no perdió su vinculación con la informática, y además estaba todo el día fuera de casa (a pesar de haber regresado al hogar seguía llevándose a matar con su padre y no podían ni verse): durante el día en el ciber, o tomando algún café por ahí, y por las noches en un local house pinchando los temas que se descargaba de internet a lo largo de la mañana, aprovechando la banda ancha. Yo durante el día dormía hasta que me dolía la espalda tanto que tenía que tirarme de la cama, y por la tarde y la noche en el ciber, hasta las tantas de la madrugada, hubiese gente o no. Daba igual el tiempo que trabajásemos, el caso era tener la mente ocupada en algo sólido, concreto, funcional... lo que fuese excepto pensar. Y funcionó...
...Al menos durante un tiempo. Como en todos los cuentos de hadas, llega un momento en que uno debe despertar y enfrentarse cara a cara con el reflejo del espejo. Epi era ya otra persona muy distinta de la que yo había conocido, y empecé a temer que se estuviese metiendo de más...
Hacía ya tiempo que había dejado de trabajar en el ciber, y la relación entre Epi y yo se había enfriado a raíz de que se marchara de su casa tras una bronca con su padre (para ser más exactos fue algo así como "me voy de casa", "no te vas, te echo yo"). Con Barby princesa en Salamanca, Mina desaparecida en combate tras jugarme un par de malas pasadas, una relación (por llamarlo de alguna manera) saboteada desde dentro, dudas existenciales a puñados, la certeza de sentirme incomprendido por mis allegados, subyugados a la rutina del "salir, beber, el rollo de siempre", y la sensación de no tener ni idea qué hacer con mi vida, me encontré de repente con una ingente cantidad de tiempo libre sin nada a qué dedicarlo, y lo que es peor, comiendome el tarro noche y día.
Opté por encarrilar mi vida orientándola al mundo de la informática, mi anterior intento fue un decepcionante fracaso por diversas razones que no vienen al caso, pero era verano y el curso no empezaría hasta septiembre. Pensaba demasiado, y pasaba demasiado tiempo solo, encerrado en mi habitación, repudiando mi guitarra, mis poemas, mis relatos, mis recuerdos, y preguntándome qué gran error había cometido quizás en una vida anterior. Entonces Epi me llamó, había vuelto a la ciudad, y se traía un negocio entre manos.
Sabía, o al menos eso me había contado, que había estado en Madrid trabajando para una empresa de informática, pero por alguna extraña razón había vuelto. Su sangre de Dj le pedía a gritos romper con todo y meterse de lleno en el mundo de los platos, las mezclas, el house fussion, y qué se yo... pero por otra parte no podía alejarse del mundillo de los pc's tan fácilmente, y aunque el nuevo y eufórico Epi (euforia probablemente provocada por cierto tipo de sustancias que nunca admitió consumir con asiduidad, pero jamás lo negó tampoco) me tenía completamente descolocado, decidí echarme la manta a la cabeza y saltar al abismo con él. Montamos un ciber.
A decir verdad el ciber ya estaba montado, nosotros solo nos encargábamos de llevarlo. Teníamos grandes ideas, pero nuestro presupuesto se encontraba bajo cero, y había días que nos sentíamos desbordados porque no había forma de cuadrar las cuentas. Pero aunque currábamos como desgraciados por levantar un negocio que se caía a pedazos, con una basura de ordenadores que no nos querían cambiar, peleando por hacer que aquello funcionara a cambio de cuatro duros, ambos obtuvimos aquello que andábamos buscando. Epi no perdió su vinculación con la informática, y además estaba todo el día fuera de casa (a pesar de haber regresado al hogar seguía llevándose a matar con su padre y no podían ni verse): durante el día en el ciber, o tomando algún café por ahí, y por las noches en un local house pinchando los temas que se descargaba de internet a lo largo de la mañana, aprovechando la banda ancha. Yo durante el día dormía hasta que me dolía la espalda tanto que tenía que tirarme de la cama, y por la tarde y la noche en el ciber, hasta las tantas de la madrugada, hubiese gente o no. Daba igual el tiempo que trabajásemos, el caso era tener la mente ocupada en algo sólido, concreto, funcional... lo que fuese excepto pensar. Y funcionó...
...Al menos durante un tiempo. Como en todos los cuentos de hadas, llega un momento en que uno debe despertar y enfrentarse cara a cara con el reflejo del espejo. Epi era ya otra persona muy distinta de la que yo había conocido, y empecé a temer que se estuviese metiendo de más...
Etiquetas: Pajas Mentales
posted by Blue Devil's @ 7:41, ,
Backgamon
viernes, 6 de julio de 2007
El otro día aprendí a jugar al Backgammon, así, como quien no quiere la cosa. Siempre había querido aprender pero no sabía de nadie que me enseñase... y resulta que mi hermanita Maia y su novio ¡¡son expertos jugadores de backgammon!!. Así que nada, aprovechando la coyuntura, me enseñaron a jugar, y la verdad es que no es tan complicado como creía. Por eso, y en vista de mi nueva aficción, os dejo este tablero para que os echéis unas partiditas. No me olvido de aquellos que, como yo hasta hace poco, no saben jugar. En esta web podéis miraros las reglas, y si tenéis alguna duda preguntadme, que os ayudaré en la medida de lo que pueda :)
Etiquetas: Freaks and Chips
posted by Blue Devil's @ 22:14, ,
Las Brujas de Salem
miércoles, 4 de julio de 2007
Anoche estuve disfrutando de esta obra en el Teatro Español y ¿qué decir? la recomiendo sin lugar a dudas.
En esto del teatro me considero un creyente no practicante, es decir, me gusta pero solo voy cuando me invitan (eso no dice nada bueno sobre mí ¿no?) así que supongo que me pierdo muchas obras que valen la pena... Por suerte para mí esta no me la he perdido, y es que la novia de mi compañero de piso actua en la susodicha representación, nos invitó a pasarnos por allí, y hasta nos consiguió asientos en un palco.
Como decía, dada mi condición de creyente no practicante, tampoco soy un entendido en el género, y por tanto a lo más que puedo llegar es a si me gusta o no, o si bajo mi criterio tal actor lo ha hecho mejor o peor, vamos, que mi punto de vista al respecto se fundamenta en si ese día estoy de humor para ver cierto tipo de cosas (ah! los géminis...), pero me hice eco de las opiniones de los asistentes (el teatro estaba lleno) y parece ser que se trata de una buena obra y en general ha gustado mucho. Por mi parte, y en base a lo dicho, he de reconocer que aunque al principio se hace un poco pesada (es necesario por otra parte para ponerle a uno en situación) a medida que avanza la trama adquiere un ritmo trepidante, intenso, y en uno o dos momentos llegué incluso a emocionarme y no pude contener las lágrimas. Supongo que por esa razón prefiero la comedia al drama, es menos bochornoso para mi persona :P Pero como sé que a más de uno/a por aquí le gusta llorar a moco tendido, si estáis por Madrid o pensáis venir antes del 15 de julio, dejaros caer por la obra, dejaros seducir por sus actores, y dejaros llevar por un instante... No os defraudará. Además, a la salida del teatro tenéis un montón de sitios donde tapear, que fue lo que nosotros hicimos en cuanto pusimos los pies en la calle (así estoy yo hoy en el curro, con un ojo abierto y otro pegado con superglue).
He encontrado en internet mucha información al respecto de la obra original. En este blog tenéis un resumen francamente bueno y una opinión personal del autor aún mejor, vale la pena leerlo.
Esta es mi pequeña aportación.
El autor y la obra:
Las Brujas de Salem, The Crucible en su título original, fue escrita por Arthur Miller en 1950, y está considerada una de las grandes obras de la literatura contemporanea. Con esta obra, Miller pretende hacer una alegoría acerca de la famosa "caza de brujas" que emprendió el senador McCarthy por aquella época (un inciso, sobre este asunto os recomiendo la película "Buenas noches, y buena suerte"). Para ello Miller se inspiró en los sucesos acaecidos en el pueblo de Salem, Massachusets, en el año 1962, donde 20 vecinos fueron ahorcados acusados de brujería. La acusación se fundamentaba en el testimonio de unas jóvenes, que aseguraban ser víctimas de ataques de asfixia y otras torturas por parte de dichos vecinos, así como de ser incitadas a obrar en contra de las leyes cristianas. Años después algunas de estas jóvenes confesaron que se trataba de una mentira.
La representación:
Salem, Massachusetts., 1692. Un grupo de jovencitas, cohibidas e irritadas a la vez por la sofocante atmósfera a la que están sometidas, se ponen a bailar desnudas en el bosque. Una de ellas, Abigail Williams -que ha perdido su inocencia con el granjero John Proctor, un hombre casado-, bebe una pócima encantada para inducirla a matar a la mujer de éste. Las jóvenes «brujas» son descubiertas e, incitados por sus terribles acusaciones, todos los habitantes del pueblo son presa de una extraña e incontenible histeria colectiva. Se inicia un juicio, en el que, una a una, las víctimas inocentes, arrancadas de sus hogares van cayendo en la diabólica trampa de culpas y denuncias que ellas mismas han urdido.
Ficha técnica:
Intérpretes: Sergi Mateu, Manuel Gallardo, María Adánez, Carmen Bernardos, Juan Ribó, Manuel Aguilar, Marta Calvó, Lia Chapman, Victoria Rodríguez, Manuel Brun, Carmen Mayor, Inma Cuevas, Sheila González, Virginia Méndez, José Albiach, Pablo Isasi, David Areu, Francisco Grijalvo, Elías Arriero.
Dirección: Alberto González Vergel
Etiquetas: Teatro
posted by Blue Devil's @ 10:16, ,
Sad but true
lunes, 2 de julio de 2007
¿Conocéis esa sensación de saber que vas a cortar con alguien? ¿De tener la certeza de terminar una relación de un par de años? Verdaderamente es una sensación extraña, en la que se mezclan por un lado alivio y aflicción. Alivio por la certeza de algo, la seguridad y la convicción de tus ideas, de tus creencias. Aflicción por terminar una historia que empezaste con ilusión y buenas intenciones... Vaya, esto me recuerda un poco a Kill Bill 2, cuando Budd le pregunta a Elle qué cosas siente con "A" tras la muerte de Beatrix, y ella responde: alivio y aflicción.
El caso es que esta certeza suele venir motivada siempre por una gota que colma el vaso donde vas acumulando muchas otras gotas. Todas las relaciones gotean, algunas más que otras, y cuando se acumulan las gotas al final una colma el vaso, y te sobreviene un cabreo monumental que puede romper o no el vaso. Si se rompe el vaso, el agua se desborda, y con poner un vaso nuevo asunto arreglado, el problema es que el vaso no se rompa, pero haga aguas por todas partes como un bote agujereado en alta mar. Como me conozco, y conozco bien mis repentes, no me dejo llevar por estos ataques de mala follá concentrada, y suelo esperarme hasta el día siguiente para tomar una decisión, ya más tranquilo, sin los arrebatos ni el calor del momento. Esa noche duermo fatal, por no decir que no duermo, y me sobrevienen sueños típicos de una duerme-vela, caóticos, sin sentido, como si mi cerebro tarata de reunir a pedazos una explicación coherente... sin demasiado éxito. Cuando llega la mañana siguiente, con la luz de un nuevo día, te invade la certeza, y ya no puedes librarte de ella. La vas a dejar. No hoy, ni mañana, pero pronto, no te compensa, no es la clase de persona que creías que era, sus gotitas de personalidad que se acumulaban en el vaso ahora se han convertido en un gran océano salvaje, y seguir sentado en el rompeolas contemplando el horizonte es la mejor manera de que te arrastre al centro de su universo, y acabes convirtiéndote en un náufrago a la deriva.
Pero esto no es todo, también hay que tener en cuenta que toda acción tiene una reacción, y a nuestra acción le corresponderá una reacción por parte de ella, que a todas luces será imprevisible, lo que viene a ser como jugar al pocker con una baraja de ochenta y dos cartas, sin un número fijo de comodines, figuras, etc... Ahora imaginaos por un momento que no es una relación monogámica, sino poligámica, que no es una chica sino tres, por tanto esta situación se encuentra elevada al cubo, y las acciones, reacciones, y decepciones son una combinatoria de elementos que dan como resultado un número con muchos dígitos. Pues así me siento yo, ahora que he decidido dejar el grupo con el que llevo tocando dos años y pico.
Los antecedentes son complicados, es más sencillo relatar cual fue la gota que colmó ese vaso, aunque claro, hablar solo de una gota en un vaso lleno es un poco pobre, y se necesita más información para poder emitir un juicio de valor, pero la verdad sea dicha, no tengo muchas ganas de contar gotas, así que trataré de ir al grano: Mi hermano toca el bajo y yo toco la guitarra, ambos trabajamos fines de semana alternos, y si bien yo no suelo tener problemas para cambiar mis turnos mi hermano sí. Sin embargo más de una vez ha venido a ensayar sin dormir, por haber estado trabajando, o a tocar recién salido de trabajar para luego irse a casa y dormir un par de horas y volver al tajo. Nadie se lo ha agradecido.
Hace poco nos presentamos a un concurso, participamos, tocamos, y quedamos finalistas, la final es este sábado, y coincide que ambos trabajamos. Yo después de organizar un horario suicida para esta semana y fin de semana he conseguido tiempo para ir a tocar, mi hermano se encontró con que nadie quería cambiarle el turno, un compañero le daba largas y el otro le pedía dinero por hacerle el cambio. Bonito panorama. Después de dos semanas luchando por cambiarlo el domingo se vio desbordado por todas partes, nadie quería hacerle el favor, y ya no sabía qué hacer, así que se lo dijo a los demás miembros del grupo. La respuesta de ellos fue: "pues tocamos sin ti". Cuando me enteré de esto no sé si os hacéis una idea de cómo me sentí. Independientemente de que sea mi hermano, ¿es que individualmente somos prescindibles? ¿divertirse en grupo ha dejado de ser lo importante? ¿ahora lo importante es tocar al precio que sea? ¿es esta la banda que decía hacer esto por diversión? ¿que el grupo éramos nosotros cinco? ¿y deciden dar la espalda a un músico por tocar a toda costa? Es como mirar a alguien a los ojos y decirle: "en realidad no nos haces falta".
Mi hermano me llamó ayer al mediodía, ha conseguido, a cambio de un horario suicida de veinticuatro horas de trabajo, cuatro horas libres entre medias para tocar. Una vez más lo ha vuelto a hacer, y nadie le dará las gracias. "Después de este concierto dejaré el grupo" me dijo, ¿pues sabes qué, hermanito? Yo también. Esto no casa con mi idea de diversión, y si para unas cosas "solo somos un grupo de colegas que tocan para divertirse" pero para otras son capaces de hacerle semejante desaire a alguien... no quiero seguir dedicándole mi tiempo y mis esfuerzos a un grupo donde lo que vale es el grupo y no sus componentes. La música es importante para mí, pero más importantes lo son las personas, y en este caso además esa persona es mi familia.
Ahora mismo siento más de dos cosas con "A"...
El caso es que esta certeza suele venir motivada siempre por una gota que colma el vaso donde vas acumulando muchas otras gotas. Todas las relaciones gotean, algunas más que otras, y cuando se acumulan las gotas al final una colma el vaso, y te sobreviene un cabreo monumental que puede romper o no el vaso. Si se rompe el vaso, el agua se desborda, y con poner un vaso nuevo asunto arreglado, el problema es que el vaso no se rompa, pero haga aguas por todas partes como un bote agujereado en alta mar. Como me conozco, y conozco bien mis repentes, no me dejo llevar por estos ataques de mala follá concentrada, y suelo esperarme hasta el día siguiente para tomar una decisión, ya más tranquilo, sin los arrebatos ni el calor del momento. Esa noche duermo fatal, por no decir que no duermo, y me sobrevienen sueños típicos de una duerme-vela, caóticos, sin sentido, como si mi cerebro tarata de reunir a pedazos una explicación coherente... sin demasiado éxito. Cuando llega la mañana siguiente, con la luz de un nuevo día, te invade la certeza, y ya no puedes librarte de ella. La vas a dejar. No hoy, ni mañana, pero pronto, no te compensa, no es la clase de persona que creías que era, sus gotitas de personalidad que se acumulaban en el vaso ahora se han convertido en un gran océano salvaje, y seguir sentado en el rompeolas contemplando el horizonte es la mejor manera de que te arrastre al centro de su universo, y acabes convirtiéndote en un náufrago a la deriva.
Pero esto no es todo, también hay que tener en cuenta que toda acción tiene una reacción, y a nuestra acción le corresponderá una reacción por parte de ella, que a todas luces será imprevisible, lo que viene a ser como jugar al pocker con una baraja de ochenta y dos cartas, sin un número fijo de comodines, figuras, etc... Ahora imaginaos por un momento que no es una relación monogámica, sino poligámica, que no es una chica sino tres, por tanto esta situación se encuentra elevada al cubo, y las acciones, reacciones, y decepciones son una combinatoria de elementos que dan como resultado un número con muchos dígitos. Pues así me siento yo, ahora que he decidido dejar el grupo con el que llevo tocando dos años y pico.
Los antecedentes son complicados, es más sencillo relatar cual fue la gota que colmó ese vaso, aunque claro, hablar solo de una gota en un vaso lleno es un poco pobre, y se necesita más información para poder emitir un juicio de valor, pero la verdad sea dicha, no tengo muchas ganas de contar gotas, así que trataré de ir al grano: Mi hermano toca el bajo y yo toco la guitarra, ambos trabajamos fines de semana alternos, y si bien yo no suelo tener problemas para cambiar mis turnos mi hermano sí. Sin embargo más de una vez ha venido a ensayar sin dormir, por haber estado trabajando, o a tocar recién salido de trabajar para luego irse a casa y dormir un par de horas y volver al tajo. Nadie se lo ha agradecido.
Hace poco nos presentamos a un concurso, participamos, tocamos, y quedamos finalistas, la final es este sábado, y coincide que ambos trabajamos. Yo después de organizar un horario suicida para esta semana y fin de semana he conseguido tiempo para ir a tocar, mi hermano se encontró con que nadie quería cambiarle el turno, un compañero le daba largas y el otro le pedía dinero por hacerle el cambio. Bonito panorama. Después de dos semanas luchando por cambiarlo el domingo se vio desbordado por todas partes, nadie quería hacerle el favor, y ya no sabía qué hacer, así que se lo dijo a los demás miembros del grupo. La respuesta de ellos fue: "pues tocamos sin ti". Cuando me enteré de esto no sé si os hacéis una idea de cómo me sentí. Independientemente de que sea mi hermano, ¿es que individualmente somos prescindibles? ¿divertirse en grupo ha dejado de ser lo importante? ¿ahora lo importante es tocar al precio que sea? ¿es esta la banda que decía hacer esto por diversión? ¿que el grupo éramos nosotros cinco? ¿y deciden dar la espalda a un músico por tocar a toda costa? Es como mirar a alguien a los ojos y decirle: "en realidad no nos haces falta".
Mi hermano me llamó ayer al mediodía, ha conseguido, a cambio de un horario suicida de veinticuatro horas de trabajo, cuatro horas libres entre medias para tocar. Una vez más lo ha vuelto a hacer, y nadie le dará las gracias. "Después de este concierto dejaré el grupo" me dijo, ¿pues sabes qué, hermanito? Yo también. Esto no casa con mi idea de diversión, y si para unas cosas "solo somos un grupo de colegas que tocan para divertirse" pero para otras son capaces de hacerle semejante desaire a alguien... no quiero seguir dedicándole mi tiempo y mis esfuerzos a un grupo donde lo que vale es el grupo y no sus componentes. La música es importante para mí, pero más importantes lo son las personas, y en este caso además esa persona es mi familia.
Ahora mismo siento más de dos cosas con "A"...
Etiquetas: Arpegios Malparidos
posted by Blue Devil's @ 12:12, ,